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Borbotón de sentimientos

  • Heriberto Sánchez García
  • 14 ago 2015
  • 2 Min. de lectura

Tengo miedo de curarme la herida y no volver a caerme igual. No te creas, no es sencillo mi ojitos, no es sencillo dejarte ir. Porque qué bonito fue caer a tu lado, sentir el dolor y el placer. Caminamos entre rosas con espinas. Contemplamos la belleza y nuestra sangre en cada flor, pero, así aprendimos a amarnos con el alma, a dejarnos seducir por el momento. Me desnudaste el corazón y me vestiste el miedo.Volvería a hacerlo, ¿Sabes? Hoy no, mañana tampoco.


Dice mi madre que la vida es un pañuelo, nunca sabemos dónde va a caer, pero cuando caiga, tal vez sean tus manos las que lo acojan y si no, las de otro al que pueda amar así. Intensa y aborazamente, porque si no, de nada va a valer amar. Amar como te amé a ti, porque se sentía desde la punta de mi pie hasta el lunar que tengo en el cuello, ese lunar que tantas veces me tocaste mientras me besabas. A lo mejor te acuerdes. A lo mejor lo olvides en otros labios, en otros cuellos. No lo sé.


He pensado mucho en eso, lo que no sale de mi mente, la pregunta que me hace llorar el alma, es si fuiste mi gran amor. No me voy a atrever a declararlo hoy,¿Te imaginas que en cualquier momento antes de mi muerte, en mi último aliento, el ultimo recuerdo, el ultimo suspiro y la ultima palabra que yo susurre seas tú? Tal vez creas que este miedo es irracional, que estoy volviéndome loco o que es mi exceso de ociosidad, pero, la verdad es que ni el resto de mi vida ni toda la eternidad me serán suficientes para dejar de amarte así. Te lo digo hoy, mi amor, porque nunca se sabe si a uno le vaya a tocar mañana.



 
 
 

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