Indeleble
- Julia M. González
- 12 mar 2016
- 1 Min. de lectura

Yaces en algún rincón profundo
de mi memoria marchita,
luchando día a día por emerger de mis ojos
en forma de lágrimas negras
y cada día lo logras menos.
Pero vas a recordarme hoy y siempre.
Querrás guardar nuestros recuerdos,
arrumbarlos en ese rincón invisible de tu alma
en donde confinas todo lo que te duele
y no podrás
porque las memorias de otra vida,
esa vida en la que me amabas,
desbordarán tu pecho de dudas palpitantes.
Desearás enterrarme, esconderme,
negar que me amaste y que me hiciste sufrir.
Querrás olvidar el sonido de tu nombre
cayendo entre suspiros de mis labios
y no podrás
porque Soledad y Melancolía,
atrapadas también en el vacío asfixiante de tus días,
te traerán entre volutas de humo lo que dejaste ir.
Que te amé,
que me amaste.
Que el futuro que dibujaste
uniendo los lunares en mi espalda
y las promesas de los 30 de noviembre
no pudieron ser.
Que ya no eres,
pero que alguna vez fuiste.
Que en algún lugar lejano estás,
hurgando sin querer en la herida,
espantándote el miedo bebiendo
promesas vacías de otros labios,
buscando ahí el sabor de mis besos
sin poder encontrarlo.
Y vas a recordarme hoy y siempre,
lo sé porque tampoco yo podré olvidarte.
Pero en mí el recuerdo está limpio.
No escapo de la incertidumbre,
pero no me corroe la culpa
ni me asfixia el miedo
ni me quema el arrepentimiento.
No me viviré el resto de mis días
murmurando ojalás con cada paso
ni miraré en ojos ajenos
buscando sin encontrar esa ligereza de antes,
esa calma estridente que era signo de vida.
No sentiré el vacío ahogarme,
reducirme a cenizas,
ni rogaré al tiempo que vuelva.
Te deseo suerte
porque querrás huir de los recuerdos
y no podrás.
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